viernes, 5 de marzo de 2010

Despertar de un sueño, palabras hirientes, un corazón que se encoge, un charco de lágrimas que amenazan una mirada, doloroso estallido de ese mismo corazón, silencioso ruido de sus trozos, un alma que se desdibuja, un corazón que ahora ya está muerto… ganas de gritar, reproches, dudas, preguntas, pero una boca que no se abre…mirada perdida en una ventanilla que da a una pesadilla, una puerta que se cierra, un motor que arranca, adiós… dolor, dolor que quema, que abrasa el alma, dolor que se clava como mil espinas, lagrimas que no calman, desesperanza, tristeza infinita, suspiros que se graban en el alma que se desvanece en un mar de lagrimas que no acaba.
Ahogarse, perderse, confusión, aturdimiento, recuerdos que no quieren irse, que te atrapan, te matan y no dejan marcharte. Amor idiota, amor que insiste en quedarse, amor que no puede ser, amor de sangre, sudor y lágrimas.
Mentiras, mentiras ocultas en miradas bonitas, palabras bellas, besos que encadenan, caricias que hacen que te entregues, que te hagan suya, alma esclava de una mentira, más rabia, más dolor, más confusión y aun así añoranza, anhelo, querer dormir, soñar de nuevo.
Observarse en un espejo, buscar defectos, razones, encontrar ojeras, llanto y llanto, aire que se escabulle como el amor entre los dedos…empequeñecer, sentirse débil, sonreír sin ganas, maquillaje que cubre y no borra el malestar, retomar tu camino, un sinuoso camino. Fingir, mentir ahora tú también, sonreír, buscar razones que no encuentras; días eternos, noches infinitas… sueños que no existen, estrellas que mueren, oscuridad, oscuridad que ciega.
Fortaleza endeble que se rinde cuando llegas a casa, más lagrimas, de las que nunca se acaban, de las que te acompañan hasta que el sueño te vence la batalla.