jueves, 17 de septiembre de 2009

Hoy

No soy capaz a entender el sinsentido de la vida, las avalanchas de miles de preguntas y dudas que soy incapaz a resolver me han empujado a sentarme a ver pasar la vida desde un rincón apartado olvidándome de vivirla. Y así pasaré la eternidad por no despertarme, apartada en mi peculiar mundo construido a partir de pequeños momentos que un día me parecieron felices, pero que hoy por hoy solo son minúsculos instantes que han arañado mi corazón hasta que deseé que dejará de latir, y hoy ya lo he conseguido, su palpitar ya es solo un rumor que el olvido se llevará.
Por mucho que lo intente y quiera, no puedo dejar de sentirme sola y confusa, no puedo cambiar mi mirada triste ni tirar esos muros que tanto me han separado del todo, aunque tampoco sería capaz de decidir si eso ha sido mejor o peor. De ninguna de las dos formas he conseguido ser feliz del todo, ya me he rendido a ser infeliz por siempre, a llorar por cada momento de dolor que atormente a mi cabeza y por cada pesadilla que me robe el sueño una noche más.

Crepúsculo

Los días se hacen más pesados a medida que el tiempo pasa, mi alma ahora es un desierto desolado y vacío, el tiempo ha arrasado con todo y ya no queda nada. La muerte ha carcomido toda vida, todo sueño o rastro de algo que pueda volver a hacerme sonreir. Me he quedado dormida y ahora estoy en una pesadilla de la cual no voy a poder despertar.
La soledad y este vacío insondable son lo único siempre fiel a mi vida y que vuelve a mi una vez tras otra; mis miedos cada vez son mayores, me obligan a esconderme en los rincones más oscuros, donde nadie pueda volver a llegar a mi para romperme el corazón, o los pocos pedazos que aun quedan en este pecho marchito.
A veces atisbbo un rayo de luz que cruza el cielo en mitad de la noche, como anunciando un nuevo amanecer, un nuevo motivo para sonreír y levantarse, pero siempre acaba resultando ser el mismo crepúsculo eterno donde escribo los versos de mi triste historia, donde el dolor me asfixia tanto que tatúo mi piel con palabras de sangre en un vano intento de respirar; pero ya ni eso alivia... me sigue faltando el aire en mis pulmones.

martes, 8 de septiembre de 2009

Que dificil...

Que triste albergar estos lindos sentimientos, tener que mantenerlos cautivos muy dentro, tan dentro de mi, que sus raíces anidan aprisionando mi alma, haciéndola cautiva, presa de una cárcel de amor herido, tener que retener esas palabras cada vez que suben desde mi pecho hasta mis labios y dejar que se consuman y mueran en forma de suspiros que confundiéndose con el aire anuncian la llegada del nuevo otoño, sentir como mi corazón tembloroso palpita asustado e ilusionado a una misma vez bajo tú mirada, como mi cuerpo tiembla entre ansioso y sediento bajo cada una de tus pocas caricias…
Que difícil era tenerte cerca, tan cerca que tu perfume embriagaba cada una de mis fantasías más prohibidas, no perderme en tus ojos que como océanos se me antojaban inmensos y eternos, igual de hipnotizantes que el va i ven de las olas, igual de hermosos e inalcanzables...que difícil era no dejar de escucharte cada vez que miraba tus labios y me perdía en mi deseo y mis ansias de amarte en una noche sin fin, que difícil callarme cuando el recorrido de tus labios encendían mi alma dormida a tu paso por mi piel desnuda mientras temerosa aguantaba la respiración por miedo a que sintieras la vibración de mi corazón exaltado, de mi pobre corazón que empezaba a ser esclavo de lo que ahora callo, que difícil era no negarme a ese sentimiento que ahora me quiebra el alma en un llanto amargo, en un llanto de noches eternas y frías desde que te has alejado.
Que difícil es saberte tan cerca y que estés tan lejos de mi, no verte aun cuando más lo ansío y resignarme a reencontrarme contigo en mis sueños o cuando extrañamente te acuerdas de mi que soy solo una pequeña sombra en tu gigantesco mundo de colores, que difícil desear buscarte y no hacerlo, tener mil sueños que compartir contigo y dejarlos fluir entre mis dedos…que difícil es dejar pasar los días sin tener noticias de ti, sin poder perderme arropada en el va i ven de tu mirada, no poder dormir ahora que eres tú lo que azora a mi mente y sobresalta a mi corazón, no sentir dolor cuando te recuerdo, no añorar tu perfume adornando mis pensamientos, que difícil es no verte sonreír pues ha dejado de salir el sol cada mañana, seguir callando ahora que pese a todo ya te perdí…
Que triste y difícil es no culparme por no haberte dejado nunca conocerme de verdad, por haberme escondido tras el cristal de mi mirada ausente y distante, por haberme dejado vencer como siempre por el miedo al dolor y permanecer encerrada en mi misma, por no haber sido sincera conmigo misma desde el instante en que te vi, por dejarme vencer por los fantasmas del pasado y pensar que era mejor no sentir nada…
Que difícil sacarte de mi mente, de mi cuerpo, de mi corazón y de mi alma.