lunes, 18 de enero de 2010

Déjame en mi mundo mientras mi maltrecho cuerpo descansa al fin tranquilo y en paz sobre el prado verde de mí ser herido… Déjame en mi mundo entre el dulce arrullo de ríos de voces ya muertas y vientos de vidas pasadas… Déjame en mi mundo sombrío y lúgubre rodeada de cruces de piedra y ángeles eternos que sin lágrimas me velan… Déjame en mi mundo donde el tiempo no pasa, donde el dolor me mece tiernamente y nada se olvida porque vivo el mismo instante inmortalmente y su presencia sigue aun conmigo… Déjame en mi mundo donde todo huele a él, donde todo suena a su risa y los pensamientos tienen su voz… Déjame en mi mundo donde no existen fronteras de frío mármol que separen corazones rotos, donde no existe la distancia porque puedo verle, donde sigo estando con él y no tengo nada que temer… Déjame en mi mundo donde la mayor agonía es tener que despertar en una realidad que no alcanzo a comprender.
Déjame en mi mundo, donde el sol es gris y los pájaros tienen las alas rotas, déjame en mi mundo donde ya no tengo nada que perder porque nada me queda… Déjame en mi mundo con mis lágrimas tristes pues el corazón cansado y dolorido no quiere sonreír para después volver a llorar… Déjame en mi mundo donde no tengo nada que sentir más que dulce pena por un adiós que no se extingue… Déjame en mi mundo donde no tengo que sentirte con mi alma en cada beso, donde no arriesgo, donde no siento más que nadie, donde no debo esconderme…Déjame en mi mundo marchitarme sola…pues no puedo querer a nadie… Déjame en mi mundo…